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Definitivamente, el pueblo
venezolano no se fundamenta solamente en la
razón. Venezuela es un país con un gran
sentimiento de religiosidad que busca en los
hechos sobrenaturales y milagrosos, una
respuesta a aquello que se le dificulta, a lo
que no le encuentra explicación o simplemente a
aquello que lo desesperanza.
La Virgen de Coromoto hizo
su primera aparición en 1652 ante el cacique de
Cospes y su esposa, quienes contemplaron
asombrados la imagen de una hermosa Virgen con
un niño en brazos. Los civilizadores extranjeros
llevaban años sin haber podido conseguir que los
Cospes descendieran de las montañas y valles de
Boconó y Guanare, para tomar parte en el
aprendizaje del cultivo de los campos y de la
doctrina Cristiana.
El 08 de septiembre, sobre la corriente de las
aguas del río Tucupido, la virgen le indicó en
lengua indígena al Jefe de la Tribu y a varios
indígenas lo siguiente: "Sal del bosque junto
con los tuyos y ve donde los blancos para que
reciban el agua sobre la cabeza y puedan entrar
en el cielo".
Ante la orden celestial, centenares de indios
dejaron la montaña y se pusieron a la
disposición de Juan Sánchez, un español noble y
honrado, quien les fijó para su residencia y
trabajo unos campos de su propiedad conocidos
con el nombre de Coromoto, nombre propio de una
quebrada en la confluencia de los ríos Tucupido
y Guanare, de la cual toma la denominación la
Santísima Virgen que allí apareció.
Se deduce que la Virgen se constituyó en
Misionera de los Indios Venezolanos. Pero no
hizo sus apariciones sólo para convertir a los
indios sino que dejó su retrato en esta tierra
privilegiada para que la iluminara en la
sucesión de los tiempos.
Historia
Entre los Indios que
habitaban la región de Guanare había una parte
designada con el nombre Cospes. Cuando en 1591
llegaron los españoles allí y se hizo el reparto
de tierras e Indios en encomiendas, unas cuantas
familias de los Cospes se disgregaron de su
Tribu y huyeron internándose en las selvas de
las dilatadas montañas y valles que se extienden
entre Boconó de Trujillo y Guanare, hacia las
riberas del río Tucupido. En esos lugares
apartados se mantuvieron los Cospes muchos años
sin acordarse nadie de ellos, hasta que sonó en
el reloj de la Providencia la hora de su
conversión mediante la maternal intervención de
María Santísima.
Un español noble y
honrado, buen cristiano, llamado Juan Sánchez,
había obtenido años atrás unos terrenos en la
margen derecha del Guanare a unas 5 leguas de la
Villa de Espíritu Santo que es la ciudad de
Guanare.
Varios años llevaban los
Indios Cospes sin que los civilizadores
extranjeros hubieran podido conseguir que ellos
descendieran a tomar parte en el aprendizaje del
cultivo de los campos y de la Doctrina
Cristiana. Estaban, según refieren en la
historia, en aquellos lugares de la montaña en
donde ellos se habían ocultado hacia las fuentes
del río Tucupido y su margen derecha.
Aquí se dejó ver la Virgen
no solo del Jefe de la Tribu sino de varios
otros indios y es también donde les mandó a que
fueran a donde los blancos Españoles a que los
Bautizaran; por indicación de la Virgen, los
Indios en número de varios centenares dejaron la
montaña y se pusieron a las órdenes de Juan
Sánchez quien les fijó para su residencia y
trabajo unos campos de su propiedad conocidos
con el nombre de Coromoto, nombre propio de una
quebrada en la confluencia de los ríos Tucupido
y Guanare de la cual toma la denominación de
aquel paraje la Santísima Virgen que allí
apareció.
Según refiera la Historia
la Virgen de Coromoto apareció repetidas veces a
los Indios cospes y no solamente a los mayores
sino también a los hijos de éstos según
testimonio de los que fueron Párrocos de Guanare
en el tiempo no lejano de las apariciones.
La primera Aparición tuvo
lugar en el año de 1651 cuando el cacique de los
Cospes se dirigía en compañía de su mujer al
trabajo de campo. Al llegar a una quebrada, una
hermosa Señora que sostenía en sus brazos un
precioso niño, apareció caminando sobre las
aguas diciéndoles en la lengua propia de los
Indios "salgan a donde están los blancos para
que les echen agua sobre sus cabezas para subir
al Cielo".
El Cacique de los Cospes
que en un principio asistía gustoso a las
instrucciones catequísticas disgustó luego
añorando sin duda la soledad de los bosques y se
retiró sin recibir el bautismo. Triste y
meditabundo estaba el Indio recostado en su
choza días antes de su fuga. Con él se hallaban
su esposa, su hermana Isabel y un hijo de éste
el cual era llamado Juan.
Todo era silencio en la
noche pues las Indias al ver de tan mal humor al
Cacique que no se atrevían a decir palabra.
Habrían transcurrido algunos instantes desde la
llegada del cacique cuando de modo visible y
corpóreo se presentó la Virgen Santísima en el
umbral del bohío, despidiendo rayos abundantes
como los rayos del sol a medio día, según
palabras de la India Isabel, que iluminaron el
recinto con celestial claridad.
Al verla el Cacique pensó
que la Gran Señora venía a reprocharle su mal
proceder y le dijo: "¿Hasta cuándo me quieres
perseguir?" bien te puedes volver, no he de
hacer más lo que tú me mandes. Por ti dejé mis
conucos y he venido a pasar trabajos. Como las
mujeres reprendieron al Indio el modo como
trataba a la Bella Mujer, le dijo a la Virgen
que lo miraba sonriente: ¿ con matarte me
dejarás? Adelantándose entonces la Virgen hacia
el Cacique, él se abalanzó sobre ella para
asirla del brazo y echarla fuera quedando todo
envuelto en tinieblas. Aquí la tengo, dice el
Indio en tono de furia y triunfo. Muéstrala para
verla responden las mujeres y a la luz de las
ascuas que arden en el tosco fogón, abrió el
Indio su mano y contemplan todos el retrato de
la bella mujer.
El pobre Indio resistió
por algún tiempo más la acción de la gracia que
golpeaba insistentemente a las puertas de su
corazón, pero al fin, la Virgen salió triunfante
pues el Cacique al verse mortalmente herido por
la mordedura de una serpiente cuando huía a la
espesura de la selva, pidió a gritos el Bautismo
que le fue suministrado por un buen Cristiano de
la Ciudad de Barinas.
De las
palabras que la Virgen dijo al Cacique y a los
Indios Cospes desde la primera de sus
apariciones era que "Salieran a donde estaban
los Blancos para que les echara agua en la
cabeza para ir al Cielo". Se deduce que la
Virgen se constituyó en Misionera de los Indios
Venezolanos siendo en la Aurora de la Fe del
nuevo mundo como un sol brillantísimo que
irradiara los más fulgurantes resplandores. Mas
no hizo sus apariciones solo para convertir a
los Indios sino que dejó su retrato en esta
tierra privilegiada para que la iluminara en la
sucesión de los tiempos. No significa otra cosa
los múltiples prodigios que su poder ha obrado
en favor de sus devotos y continúa obrando en el
orden de la naturaleza como el de la gracia para
conservar siempre el vivo rescoldo de la Fe en
el pueblo Venezolano.
Muchas son las devociones
marianas como las distintas advocaciones de la
Santísima Virgen en nuestra Patria.
Todas son sin duda dignas de consideración y
aprecio pero ninguna como la de la Virgen de
Coromoto. Ella es la primera en el orden del
tiempo pues ninguna como ella puede remontarse a
los tiempos de la Evangelización primitiva de
los Indios cuando la Fe empezaba a nacer en
tierras Americanas. Ella es la única que tiene
por origen la aparición real de la Santísima
Virgen en persona a nuestros aborígenes,
dejándoles el don inestimable de su imagen. Ella
es la que con más fuerzas atrae los corazones de
toda Venezuela pues desde las remotas regiones
acudieron llenos de Fe y amor los peregrinos.
Ella, por tanto, tiene más
derechos que ninguna otra devoción a ser
proclamada Patrona Celestial de nuestra Patria.
Proclámala tú muy alto en
el fondo de tu corazón, entronízala en tu hogar
y conviértete en el apóstol de la devoción a
Nuestra Señora de Coromoto.
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El 8 de septiembre de 2002, se cumplieron 350
años de la aparición de la Virgen de Coromoto.
El 1ro. de mayo de 1942 fue declarada Patrona de
Venezuela por el Episcopado Nacional. El 7 de
octubre de 1944, S. S. Pío XXII, la declaró
"Celeste y Principal Patrona de toda la
República de Venezuela". Por esta razón, a 50
años de su coronación canónica la Conferencia
Episcopal Venezolana decretó el año 2002, como
"Año Jubilar Coromotano" en el cual la Virgen
peregrinará por todo el país desde el 13 de
octubre, prolongándose por todo un año.
Su coronación
canónica se celebró en 1952. El Santuario
Nacional a la Virgen de Coromoto fue declarado
Basílica por S. S. Pío XII el 24 de mayo de
1949.
Tal es la creencia en sus milagros y "favores"
que en la pasada tragedia de Vargas, todos los
guaireños señalan que la pérdida de la cabeza
del niño que la Virgen llevaba en sus brazos,
fue el sacrificio que hizo la Patrona de
Venezuela para que se produjera el cese de la
lluvia. La imagen de la virgen se movió de su
rincón en la iglesia San Pedro Apóstol de la
Guaira, subiendo cuatro escalones, para terminar
justo al frente del altar.
Un lugar de altura para la devoción
El 10 de febrero de 1996, su santidad el Papa
Juan Pablo II, inauguró el Santuario Nacional de
Nuestra Señora de Coromoto, el cual fue
construido sobre el sitio exacto donde apareció
la Virgen de Coromoto en 1652. Este templo que
comenzó a levantarse en 1976, abarca más de
4.000 m2 de superficie y se eleva en su parte
más alta hasta los 75 metros.
Esta majestuosa obra tomó más de veinte años en
ser concluida. Su estructura, rica en simbología
cristiana, cuenta con dos capillas, tres
altares, un estanque, balcones, miradores y más
de 400 metros de vitrales, uno de los cuales
está ubicado detrás del altar mayor y narra la
leyenda de la aparición de la Virgen.
El Santuario de Nuestra Señora de Coromoto: un
destino del turismo religioso
Guanare es conocida hoy en día como la "capital
espiritual de Venezuela", debido a la
importancia religiosa adquirida luego de la
aparición mariana ocurrida hace más de
trescientos años. A nivel mundial y hace poco en
el país, se ha impuesto un movimiento que hace
de la religión una alternativa turística. Esto
ayuda a la reactivación económica de los
gobiernos regionales y brinda una opción
múltiple de desarrollo local; sin embargo, la
ausencia de políticas definidas para el sector,
así como la falta de inversión privada, motivan
a que el sector tenga un comportamiento
económico tímido.
No obstante, esta ciudad resulta un paraje muy
atractivo, sobre todo en fechas cercanas a la
celebración de las festividades de la Virgen de
Coromoto. Visitar el templo de patrona de
Venezuela es prácticamente una parada
obligatoria, no importa si usted es católico o
practicante de cualquier otro credo: poca es la
gente que no se impresiona ante la inmensidad
del templo, su impactante diseño y la belleza de
los vitrales.
Un detalle muy particular que se esconde en el
Santuario de la Virgen de Coromoto, es una
colección de valiosos objetos religiosos que se
encuentran detrás del altar, la cual es
conservada hoy en día casi como un secreto para
los feligreses y turistas de la zona.

Aparición de la
Virgen de Coromoto
La única y prodigiosa
aparición, históricamente comprobada, que Maria
Santísima graciosamente se dignó hacer en
Venezuela. El hecho de las primeras apariciones
tuvo lugar el año de 1651, pero la aparición
solemne y principal ocurrió el 8 de Septiembre
de 1652. A corta distancia de la Ciudad de
Guanare, existía la tribu de los Indios Cospes
quienes con sus Caciques a la Cabeza estaban
reacios a convertirse a la fe Cristiana. La
Santísima Virgen en más de una ocasión se
apareció a éste Cacique, y le exhortó a que
fuese en busca de misioneros para que éste lo
bautizase a el y a su tribu.
Se fundo luego un
pueblecito con los Indios reducidos ya a misión.
Pero como el propio Cacique tardara aun en
bautizarse y cansado de la nueva vida intentara
volverse a sus costumbres salvajes, se apareció
de nuevo la Virgen Maria una noche en la choza
del indio, donde fue vista también por otras dos
indias y un niño. El Cacique airado contra la
"Bella Mujer", porque creyó que venia a
reprocharle su conducta se lanzó contra ella
para atraparla. En aquel momento la Virgen
desapareció y el Cacique siguió apretando en sus
manos una bella imagen, en estampa.

Oración de S.S. Juan Pablo II a Nuestra Señora
de Coromoto
Virgen y Madre nuestra de Coromoto, que siempre
has preservado la fe del pueblo venezolano.
En tus manos pongo sus alegrías y esperanzas,
las tristezas y sufrimientos de todos tus hijos.
Implora sobre los Obispos y Presbíteros los
dones del Espíritu, para que, fieles a sus
promesas sacerdotales, sean infatigables
mensajeros de la Buena Nueva, especialmente
entre los más pobres y necesitados. Infunde en
los religiosos y religiosas el ejemplo de tu
entrega total a Dios, para que en el servicio
abnegado a los hermanos los acompañe en sus
trabajos y necesidades. Madre de la Iglesia,
alienta a los fieles laicos, comprometidos con
la Nueva Evangelización, para que, con la
promoción humana y la evangelización de la
cultura, sean auténticos apóstoles en el Tercer
Milenio. Protege a todas las familias
venezolanas, para que sean verdaderas Iglesias
domésticas, donde se custodie el tesoro de la fe
y de la vida, donde se enseñe y se practique
siempre la caridad fraterna. Ayuda a los
católicos a ser sal y luz para los demás, como
auténticos testigos de Cristo, presencia
salvadora del Señor, fuente de paz, de alegría,
de esperanza. Reina y Madre Santa de Coromoto,
ilumina a quienes rigen los destinos de
Venezuela, para que trabajen por el progreso de
todos, salvaguardando los valores morales y
sociales cristianos. Ayuda a todos y cada uno de
tus hijos e hijas, para que, con Cristo Nuestro
Señor y Hermano, caminen juntos hacia el Padre,
en la unidad del Espíritu Santo.
Guanare, 10 de febrero de 1996
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